Iniciamos el año 2010. Y qué mejor que recordando lo que nos une a todos los humanos (pues eso, que todos somos igualmente humanos), algo que frágilmente olvidamos por las ilusiones del ego.
El ego nos compara continuamente con los demás, y nos mide en función de lo que tenemos, de dónde procedemos, qué títulos poseemos… y todo esto nos separa impidiendo el flujo del amor entre nuestros congéneres.
Pero, en realidad, ¿hacia dónde vamos? Hacia la unidad. Es imposible que no nos mezclemos. Estamos abocados a unirnos, a darnos cuenta que las diferencias entre los hombres expresan la riqueza de una misma potencialidad, de una misma unidad, de un mismo centro energético.
Quien estudia la Astrología con visión y profundidad, rápidamente se da cuenta de que todos somos diferentes, sí, pero iguales a su vez. Esto se aprecia, por ejemplo, en las Olimpiadas, cada 4 años. El ser humano está integrado en el cosmos, y esto es lo que tenemos que aprender, más allá de las separaciones étnicas, morales o costumbristas.
Ya Eugenio Carutti expresó que «Estamos en el prólogo de un proceso en el cual tiene que surgir una conciencia que sea humana, ni argentina, ni inglesa ni china», y que es la Inteligencia Vincular la que puede comprender el temor que subyace aquí. «Nuestra inteligencia vincular es muy pobre, somos aún maniáticamente posesivos. En lo más cotidiano, no puedo tolerar que el otro sea muy diferente, que tenga una visión del mundo completamente diferente».
Exponemos, esta vez, palabras de Alejandro Jodorowsky:
«Vivimos con principios según nuestra época. Si nacemos en el mundo judeo-cristiano de occidente tenemos unos principios; si somos musulmanes tenemos otros principios; si somos chinos tenemos otros principios. Mientras tengamos nacionalidad estaremos presos de principios.
El hombre planetario todavía no existe, la raza sin prejuicios todavía existe. Hacia eso vamos. Los países se van a ir aglutinando poco a poco: latinoamérica será una, occidente será otro, el islam será otro, china y el asia será otro, y después se van a aglutinar. Al final llegaremos, dentro de unos siglos de más o unos siglos de menos, al ser humano planetario.
Esto solamente se podrá lograr o apresurar si somos atacados por alguna raza extraterrestre, ahí nos vamos a dar cuenta de que somos uno, cuando haya un ataque a la Tierra. Claro que eso puede no suceder nunca, por ese motivo el proceso tomará el tiempo que tomará.
La gente se irá mezclando, es indudable, los EEUU estarán poblados por mulatos: una mezcla latina, negra y blanca. Se mezclarán, no hay posibilidad de que no se mezclen. Los problemas raciales terminarán solos.»
Buenos días, caballero.
Conociéndome a mi mismo podré cambiar; pero la humanidad debe tener conciencia colectiva. Tardaremos muchas décadas para lograrlo, y es un camino largo. Por el momento, hay que vencer los desafíos actuales, la voluntad abre caminos.
Pocos días después de escribir este artículo, sucedió el tremendo terremoto de Haiti, en pleno corazón de Puerto Príncipe, el cual nos ha conmovido a todos. Además de las numerosas muertes, dolor y sufrimiento, también hemos visto como personas de todos los países se han volcado en la ayuda, sea físicamente, económicamente, o en sentimiento. La humanidad se ha unido y ahí no ha habido diferencias. Este acontecimiento nos hace vislumbrar ese ser humano planetario, esa unión que a hombres y mujeres nos enlaza por el hecho de ser humanos.
Me gustaría expresar un deseo. El deseo es que este duro acontecimiento mundial nos haga a todos un poquito más sensibles, y valoremos cada día más lo que realmente importa, lo que a cada uno le haya despertado —en lo más profundo— esta vivencia.
Sólo quiero compartir una experiencia espiritual que considero que si los que gustan de la oración y meditación la pudieran poner en práctica; realmente lograríamos evitar los grandes desastres de diferentes formas de manifestación que nos está costando tantas vidas.
Sólo les pido por favor que nos unamos todos mentalmente poniendo a funcionar las vibraciones cuánticas que se ponen en función a partir de la emisión del más mínimo pensamiento que emitamos a través de nuestras mentes. No importa la hora en que lo hagamos, el asunto se resume en saber que independientemente del momento en que cada uno de nosotros lo hagamos, la información está siendo recibida por el cosmos para los no creyentes; por DIOS para los que ya descubrieron que EN ÉL VIVIMOS NOS MOVEMOS Y EXISTIMOS y que todo el PODER QUE LOGREMOS EJERCER POR MEDIO DE NUESTRA COMUNICACIÓN ESPIRITUAL ES EL SUYO ACTUANDO POR MEDIO NUESTRO.
Les aseguro con todo mi corazón que los efectos logrados son sorprendentes, que cuando toda esta onda expansiva que se mueve a partir de nuestro ejercicio de pensar integra el consciente colectivo, se hace evidente que se realizan todos los deseos pedidos tanto los personales así como los colectivos.
Animémonos a comunicarnos todos con un AMOR INFINITO ya que el AMOR es la frecuencia de más alta vibración.
POR FAVOR SI ALGUIEN ESTÁ INTERESADO EN HACERLO COMUNÍQUESE CONMIGO
LES AMA EN LO MÁS PROFUNDO DE SU CONSCIENCIA.
MARÍA SANTIESTEBAN PORTUONDO.
Hola me interesa tu propuesta. Dime como o cuando y nos comunicaremos. Saludos y gracias.