El cuerpo físico es la materia donde reside nuestra energía, el templo donde habitamos, el lugar donde sólo estamos nosotros, la realidad en la que vivimos; pero a su vez, el cuerpo es un desconocido y está generalmente descuidado.
La aceptación de nuestro ser comienza por el conocimiento y aceptación de nuestro cuerpo. Es el gran aliado y lo relegamos a menudo por conseguir propósitos externos, con lo que se nos vuelve en nuestra contra o lo aniquilamos.
O le escuchas o ¡te grita!
Atender al cuerpo es el camino para comprenderlo, amarlo y estar bien. Y atenderle no es ponerle cosas encima, sino escucharle, alimentarle, cubrir sus necesidades, pararse cuando lo necesita, descansar, etc.
El cuerpo nos avisa con sus síntomas de que «algo no va bien». Si no le prestas atención ¡el te llamará tu atención con sus dolores!
Masaje es sinónimo de salud
El masaje osteopático favorece, mejora y reestablece el equilibrio estructural estático y de fuerzas entre músculos, palancas y balanzas —cintura pélvica y cintura escapular.
La aplicación del masaje unido a la corrección osteopática, lleva a la facilitación del equilibrio estático y corporal, y a la sanación del cuerpo.
La terapia del Osteópata-Masajista consiste en detectar, comprobar, explicar los desequilibrios y mejorar la estructura y su equilibrio físico, estático y orgánico, a través del masaje, la osteopatía, la comprensión del cuerpo, la atención al individuo y su mejoramiento general.
Aquí aprenderás cómo acompañar a tu cuerpo. Los masajes remueven tu energía facilitando el desbloqueo de esta y su expresión natural, obteniendo así el bienestar continuo.
Ya sabes. Si el cuerpo te llama la atención con sus dolores, atiéndelo, necesita tu ayuda. Es más, no esperes a que te grite, ¡cuídale desde ya!
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