En su obra “Manual de iluminación para holgazanes”, Thadeus Goldas nos da la clave para movernos con éxito en la vida: “el camino es sencillo: no te resistas”.
En el mismo sentido, el profesor de medicina y autor del bestseller “Mindfulness en la vida cotidiana”, Jon Kabat-Zinn, ahonda en el roll del surfero, que no se resiste a caer en las olas ni se enreda en ellas, sino que acepta las caídas de su tabla como parte tan inevitable como necesaria en su camino de maestría.
De igual modo sucede con el niño que realiza sus primeros intentos por caminar; de forma intuitiva acepta las caídas como parte indispensable del aprendizaje. No se culpa ni culpa, no se traumatiza ni se identifica con ese proceso de aprendizaje. Si se golpea y le duele o se enfada, explota su reacción en ese instante, la vive entera, para luego continuar con la faena de aprendizaje, ligero, sin memoria ni resentimientos, abordando su meta con el mismo espíritu de atención calma con que afronta un juego.
El Mindfulness se basa en anclarse en el presente, en el único instante en el tiempo donde la vida sucede. En la práctica, es un intento reiterado por darnos cuenta de lo que estamos pensando y sintiendo a cada instante en cada momento. Aunque suene a juego de palabras, nos anima a experimentar el ser conscientes de la consciencia que nos hace ser conscientes: nos hace darnos cuenta de que nos damos cuenta.
Ese simple darnos cuenta de que nos damos cuenta, es sólo la punta de iceberg de una presencia de la que no nos percatábamos pero que siempre ha estado, está y seguirá estando siempre presente; de una realidad de nuestra «personalidad» que ignorábamos en su presencia, como si de una sombra sorprendente se tratara. Darse cuenta es vivir la experiencia –la toma de consciencia- de esta realidad, de esta presencia, que al margen de conceptos espirituales, religiosos o psicológicos forma parte de «Eso» que nos alienta a ser más yo.
Ese estado de con-centración, que parece tan misterioso o elevado, se puede experimentar de una forma tan instantánea como sencilla realizando esta sencilla prueba que nos sugiere Eckhart Tolle en su libro “El poder del ahora”, al animarnos a preguntarnos: “¿cuál va a ser mi próximo pensamiento?” Observaremos que mantendremos entonces durante unos instantes un estado de alerta calma pero despierta. Ese es el camino de la atención plena, la evidencia íntima de su existencia. A partir de ahí, si ese darnos cuenta nos despierta el interés, está en la elección de cada uno ahondar en ello, paso a paso, en el camino que nos enseñe y anime a soltar límites y barreras.
Mindfulness es permitirnos observar todo lo que se genera en nuestro interior –sentimientos, emociones, prejuicios, reacciones, etc.- sin identificarnos con nada de lo que suceda. Ese aparente distanciamiento -esa postura de observador de quienes somos, hacemos, sentimos y pensamos- es la puerta que nos anima a ahondar y ampliar la experiencia de la vivencia de quienes somos. Esa capacidad que exige responsabilidad y entrega, trabajo y paciencia, compasión, aceptación y perdón, nos da también una percepción más fresca, profunda y real de eso que llamamos «libertad».
Autor: Juan Armas, Escritor y creador de trabajos audiovisuales que ahondan en los problemas humanos, sociales y existenciales.
Página personal: elviajederiddhi.wordpress.com
Felicidades Juan por compartir algo valioso de ti mismo. Un abrazo
Gracias Alejandro. Me alegra verte. Y gracias a José Ignacio, por permitir que sea en este espacio.
Son vías, con nombres e historias, pero que al final se reducen a lo esencial: su valor personal e intransferible y que depende de que nos haga vibrar; de que algo en nuestro interior nos haga sentir que va con nosotros, que es algo que podemos sentir como nuestro -a veces como parte del camino y otras como herramientas que se convierte además en compañera-. Mindfulness, instante santo, tao, etc. son vías distintas para lograr esa inefable comunión que nos revela ser nada siendo Todo. Y ahí andamos, caminando a Ello -viviendo. Bien lo sabes.
Un abrazo y gracias por dejarte ver y participar 🙂
Me ha gustado mucho . Es un tema que invita a reflexionar . Lass palabras clave son : olvido , perdon , visión positiva de las cosas.
Gracias
Xiqueta
Gracias piqueta por participar. Cierto, pero ¿se puede perdonar sin olvidar? ¿hay que olvidar la experiencia en si o nuestro juicio al respecto? ¿Ese no resistirse que Thadeus Goldas sitúa como máxima de vida, tiene que ver más con una actitud positiva y constructiva, con un saber dejar pasar las cosas o con intentar mantener la mente fresca de recuerdos, limpia, abierta? Creo que has resumido en esos tres términos la base de muchas filosofías y muchos cursos de autoestima y superación personal.
La duda está en qué órgano ha de olvidar y perdonar: ¿la mente o el «corazón»? Los primeros los trabajan desde la intelectualidad, los segundos exigen apertura emocional (intención al menos) y silencio.
Gracias por tu interesante comentario, que también invita a reflexionar sobre asuntos que creo a veces relegamos bajo el peso de las prisas y la rutina.
Hola Juan
Leyendo tu último comentario, me quedé pensando en la experiencia de olvidar, y sí, está muy relacionada al dejar de juzgar, en definitiva el único camino que nos libera del Ego y de esa infinidad de cuestiones pasadas… Si no juzgo no hay resistencia, no hay enojos, miedos, dudas.
Y como decís en el artículo, los niños cuando aprenden a caminar se caen y se levantan para seguir como si nada, porque están aún lejos de la idea del juzgar. Por lo tanto no hay mandato, no hay miedo al ridículo, no hay bloqueo, etc. Solo hay un «próximo pensamiento» para ellos, y es el «próximo pasito».
Y nosotros deberíamos ejercitar más nuestra inocencia, dejar salir nuestro niño interior, la esencia que somos, esa presencia que como vos decís, siempre ha estado ahí, pero la hemos ido ocultando en cada acción de juzgar, a los demás y a uno mismo.
Abrazos!!
Hola Karina. Comparto tu comentario. Esa inocencia siempre va a formar parte de nuestra identidad esencial; siempre va a estar ahí, sumergida, latente. Por eso posiblemente se habla de des-cubrir al Ser, así como de que toda búsqueda y todo camino acaba en uno mismo.
Abrazos y gracias por participar : )
mis agradecimientos por despertar esas cualidades latentes que llevamos en el interior y que han estado dormidas por falta de orientacion. mil gracias
Hola Andrés. Agradecimientos a su persona, por elegir trabajar en esas cualidades latentes cuya labor y logros ha de ser mérito y responsabilidad de quien así lo elige libremente.
Hola Juanarmas:
Perdonar es bueno por varias razones:
1-La mente olvida y se refresca ,dispuesta a nuevos aconteceres, no se puede vivir recordando aquello que hicimos mal , nos consumimos con sentimiento de culpabilidad ( inicio de enfermedad mental ). lo perfecto es saber exactamente lo que debemos olvidar, para corregirnos e intentar que no se repita , cosa nada fácil , acordaros del refrán » El hombre es el único animal que propieza dos veces con la misma piedra » Ejm Padres que dan maloss tratos en sus familias , los hijoss cuando se hacen mayores , suelen repetir el mismo comportamiento.
2- A la vez se perdona con el corazón , eso es bueno , yo diría que hasta egoista , porque nos hace sentirnos muy bien , liberados de una carga , el odio, el rencor no trae nada bueno a nuestra mente ni cuerpo. Si perdonamos , nos creeremos mejores personas y seguramente lo seremos.
3- Todo es natural como la vida misma . los refranes nos enseñan mucho : » Quén bien te quiera , llorar te har´. Padres y profesores han sido muchas veces : austeros , duros , antipáticos con nosotros, pero nos estaban educando.
Si quieres saber quién eres , te lo ddirá tu enemigo , pues tu amigo no querrá herirte y te soltará mentiras piadosas.
La doctrina cristiana , quizá tambien otras o todas , dicen que no existe el mal , sinó » Quién está mal , hace el mal «.
Creo que todos debemos hacer todo aquello que nos haga sentir bien , sin duda será bueno para los demás , pero pensando que no deben fastidiar al prójimo nuestros hechos.
Gracias por leerme
Xiqueta
Perdona Xiqueta porque los hados del teclado o mi torpeza cambiaron tu X por P.
El perdón necesita de una revisión personal, en la linea que comenta Andrés: descubrir nuestro valor real, como experiencia, darnos cuenta de lo que significa para nosotros y ahondar en su naturaleza.
El perdón como concepto puede estar tan intoxicado como pueda llegar a estarlo el concepto del amor.
Por eso es bueno seguir la máxima de Jesús: «ámate a ti y ama a los demás como a ti mismo». Ambas partes son necesarias realizarlas, porque darse a los demás puede ser síntoma a veces de intentar huir de sí mismo, como amarse a sí mismo puede ser entendido como florecer pelusas en el ombligo 🙂
Gracias por participar
Gracias Juan por tu excelente exposición de lo que es el Mindfulness, y bienvenido como autor en Sermasyo.
Una anécdota: estaba releyendo los comentarios anteriores, y en ninguno —salvo en tu primera contestación— aparece el término Mindfulness, nadie lo menciona, quizá porque es una palabra «rara» 🙂 Entonces, ésto me ha hecho asociarlo a una reflexión que tengo con ésta y otras técnicas: todo ya está inventando, pero aparecen «nuevos» métodos al llamarlos de otra forma 🙂
No dudo que cada uno aporte algo nuevo (seguramente más en la forma de realizar «la cosa» que en la cosa misma), pero tantos maestros nos han indicado a lo largo del tiempo el camino… La meditación, la no-identificación, la observación, la respiración, la importancia del aquí y el ahora, vivir el presente, la mente como obstáculo a la felicidad, etc. que parece difícil que algo surja realmente nuevo en forma de nuevo método. Por poner otro ejemplo, el «darse cuenta» es la base de la terapia gestalt formulada por Fritz Perls.
Todo ello no quita la importancia de la aparición de «nuevos» métodos, porque dan como un aire fresco que puede llegar a nuevas consciencias y a nuevos corazones. Ahora se habla mucho de Mindfulness, bienvenido sea.
Un abrazo fuerte.
Gracias a ti, José Ignacio, por permitirme participar en Sermasyo.
Pues esa “anécdota”, como dices, es un detalle muy interesante a tener en cuenta. Otro ejemplo de lo que señalas pudiera ser el fenómeno que provocó El Secreto, y que guarda bastante afinidad con el principio hermético de atracción. Como bien dices, supongo que las mismas verdades esenciales se van “reinventando”, adaptándose a los gustos y creencias del momento.
Un abrazo fuerte : )
Hola Juan
he leiddo tu contestación , yo nunca expuse que no nos queramos o nos humillemos , efectivamente lo primero es » Querernos a nosotros mismos , nos dará más seguridad en nosotros , valga la redundancia y posiblemente haremos las cosas mejor . Sólo he tratado de los errores , hay que pedir perdón , estamos obligados a ser cada vez mejores , creo que la frase tan trajinada » oye , yo soy así y al que no le guste , que arree » no vale . Si nos gustamos , pero con humildad , gustaremos a los demás , si nos queremos , los demás nos querrán , si nos respetamos , los demás nos respetaran . lo dificil es saber el punto , la línea , cuándo y hasta dónde.
Bueno , nada más , es importante quererse uno así mismo.
Xiqueta