Hoy ha sido un día distinto, un día especial. Iba en Metro hacia la estación de Moncloa (Madrid) y en una parada ¡entró El Loco!
El arquetipo de la primera carta del Tarot estaba ahí, personalizado en un chico peculiar y con tirantes que recorría el vagón de un extremo a otro.
Preguntaba a la gente con su micrófono invisible si pensaban que él podía cambiar la energía del vagón (yo le dije que sí, por supuesto), que hacía malabarismo con sus pelotas pidiendo a la gente que cada vez que lanzase una pelota al aire diesen una palmada…
¿Cambiar la energía? Hmm…¡Se está poniendo interesante este viaje!
Cuando llegábamos a una nueva estación y la gente entraba al vagón, el loco le daba la mano diciendo:
«Bienvenido a mi espectáculo pero que sea la última vez que lleguen tarde”.
Al llegar a la Ciudad Universitaria decía:
“Uy, aquí vienen muchos, no les vamos a poder dejar entrar a todos”.
Pero lo que tuvo más éxito fue mover un globo por el aire de un extremo a otro del vagón sin tocar el suelo, empujado por todos los pasajeros.
¡Parecía que estaba viendo con mis ojos lo que en su día leí en el libro de Sallie Nichols (Jung y el Tarot)! El loco era… gracioso, ocurrente y sobre todo sin formas establecidas, sacando la sorpresa a cada uno de nosotros.
¡Y…vaya sorpresa! Lo que podemos conseguir con un poco de creatividad
La verdad es que este bufón, este payaso, nos arrancó a más de uno una sonrisa. Su magia nos separó de nuestros pensamientos automáticos, de la normalidad ausente de creatividad, de la seriedad que reflejan las caras de los viajeros.
Y por si no lo sabías…
¡La energía de El Loco es equivalente a la energía de Urano en Astrología!
Ha sido un placer ver en pleno Metro de Madrid a este loco, a este Urano que improvisa y reparte sorpresas, a este bufón que nada se toma en serio, que es ligero, divertido y jovial.
Guido dice
José Ignacio,
Me alegra que hayas podido vivir una experiencia como esta y la hayas podido reflejar de este modo para todos nosotros. Así es como se produce la magia a nuestro alrededor, la mayoría de personas suele reaccionar con recelo a este tipo de experiencias, muchos se sienten incómodos, incapaces de aprovechar lo que les brinda el momento.
Así es como se trabaja el Tarot con la tirada diaria, aproximándonos a la experiencia cotidiana y dejándonos sorprender como niños, para extraer la enseñanza más luminosa y más elevada posible, porque se trata de enriquecernos y de enriquecer a los que nos rodean.
Ha sido un bello relato.
Un saludo
Guido
juan armas dice
Ayer vi una película que llevaba un tiempo buscando. Tiene unos cuantos mensajes «atómicos», por directos y sencillos. Uno de ellos, por muchos sabido, es que «la muerte no es triste; lo triste es pasar por el mundo sin haber vivido».
Esa persona que vivía inconsciente en su mundo e invitaba a todos a jugar con él en su esfera, no deja de estar también durmiendo… El problema, si hay que llamarlo así, es que su «loco» proceder nos hace conscientes de que tras nuestra aparente actitud de seres sociables, educados y previsibles, también se esconde un deseo más o menos reprimido de romperlo todo y saltar al vacío…
¿Es mejor una locura feliz que una educada muerte en vida?
Gracias por compartir esa vivencia,
Juan
José Ignacio Marina dice
Hola Guido. Fue de veras muy divertido y enriquecedor. Sentir que ese bufón convive con nosotros es gratificante; no vi a un chiflado, vi a ese loco que todos tenemos dentro (incluso los que lo reprimen).
Hola Juan. La «locura» forma parte de la vida. El problema son las etiquetas que se le han puesto a lo que se sale de la norma o de lo establecido. Su represión conlleva a salidas de tono o incluso a Uranos fanáticos… Así que, mejor que nuestra espontaneidad se manifieste en cada momento ¿no? 😉
Saludotes a ambos.
Hada Saltarina dice
¡Qué bonita exposción, José Ignacio! El caso es que normalmente, ante una situación de este tipo, la mayoría se siente inhibida, como con vergüenza ajena. Pero la magia de El Loco consigue finalmente arrancar, aunque solo sea, una pequeña sonrisa de todos.
Un abrazo
José Ignacio Marina dice
Así es Hada. De hecho yo también estuve en los primeros minutos expectante… «¿será el buen loco cuyo espíritu moviliza la energía de los demás?, ¿o no?» Afortunadamente era el bueno, y se ganó mi aplauso.
Gracias, un abrazo.
José Ignacio Marina dice
¡Ayer volví a ver al loco! 😀 Esta vez pude saludarle y hablar con él unos minutos para felicitar su valentía, desparpajo y forma tan juguetona de arrancar sonrisas a señores y señoras tan serias y arregladitas 🙂
Anabel dice
¡Qué experiencia tan divertida! A veces me asombro de lo serios que estamos todos en el transporte público, de cómo miramos sin fijarnos mucho en los demás (acuerdo tácito de respeto por el otro). Me gustaría sobremanera que nos contaras qué comentásteis ese chico y tú, qué te contó de su experiencia, por qué lo hace, etc. Le envío un fuerte abrazo y lo meto dentro de mi corazón (a ti ya te metí hace tiempo).
José Ignacio Marina dice
Caray, Anabel, ¡qué corazón tan grande tienes! cabemos muchos 😀 Muchas gracias. Pues mira, en el contacto personal, el loco Urano resultaba ser mucho más tímido y humilde que lo que uno se podía imaginar tras verle en el vagón, ahí, inflando globos y jugando con pelotas. Me dijo que no siempre era posible «mover la energía del vagón» y que «me invitaba al próximo espectáculo», jaja, así me lo dijo. Bonita y divertida experiencia, sí.