Todas las mancias consideran un cosmos, la unidad de sentido de un Todo.
Todas, la borra del café, las vísceras de los animales del sacrificio, el tarot, el I Ching.
Todas ellas se valen de la simultaneidad espacio-temporal del Todo. Por eso pueden trascender tiempo y espacio, «ver» el futuro y el pasado y también lugares distantes.
Las diferencias consisten en el grado de elaboración del sistema de cada mancia.
El I Ching es el grado máximo, porque su lenguaje es matemático, y se vale de imágenes del mundo terrestre y humano para traducirlo.
Mayor abstracción es imposible.
Realmente mi primer contacto con las mancias fue con el sistema más perfecto, lo que sucede es que nos es ajeno porque no se desarrolló en occidente. Esto no ha sido un impedimento para incorporarlo, sólo es que nos está llevando más tiempo difundirlo.
La astrología oriental y occidental y el Tarot son sistemas altamente elaborados, son terrestres y humanos, nos ayudan en el despliegue de nuestra potencialidad en este planeta.
El I Ching además es universal, trasciende lo humano y lo terrestre. Porque las matemáticas son universales, sirven para comunicar con cualquier ser inteligente, aún un extraterrestre o una inteligencia artificial.
Si un extraterrestre o una máquina me habla con el lenguaje del I Ching, con los hexagramas o con sus números, yo lo puedo traducir en términos terrestres y humanos.
Con el I Ching nos convertimos en ciudadanos del Universo.
¡Qué legado!, es muuuuuy extraño. Se pierde atrás en el tiempo.
El I Ching es el despliegue del dos a la sexta potencia, 64.
Igual que los casilleros del ajedrez, los hexagramas de I Ching son 64.
No veo en ello una casualidad.
En los juegos cuyo origen se pierde en el tiempo pasado hay un mensaje.
Cartas y ajedrez son ejemplos de un sistema de conocimiento que tuvo que sobrevivir a condiciones sociales de extrema intolerancia a lo desconocido.
Qué mejor para enviar un mensaje al futuro lejano que un juego que se hace por placer, así se asegura su permanencia.
Para los Antiguos los hombres hemos sido como niños, nos ha llegado la hora de hacernos adultos.
Y no me pregunten quienes son los Antiguos, no tengo idea de ellos ni me parece importante en este momento dilucidarlo, están sus legados que los acreditan.
Hasta puedo pensar en ellos como en presente y en futuro si soy coherente con la concepción de Cosmos sugerida arriba.
Los Antiguos es solo una manera de llamarlos o llamarlo. No es de mi interés contribuir a la construcción de nuevas religiones, ya hay suficientes y todas hablan de lo mismo.
Autor: Marta Ortiz, Docente especializada en Ciencias Sociales, de la Asociación para el Desarrollo de la Educación Integral en Córdoba, Argentina. Estudiante de Astrología.
Página personal: abatesoderini.blogspot.com, educautonomia.blogspot.com
Excelente visión de las «extrañas» mancias para los occidentales, Marta. Es curioso como la inteligencia impersonal aseguró la supervivencia de lo sagrado a través de los juegos como el ajedrez, o el comodín de las barajas que proviene de El Loco del Tarot. Abrazos.
Hola José!
Sabes, yo estoy tan habituada a su lenguaje que me resulta extraño que les sea extraño 🙂 El I Ching nunca fue perseguido en China, y por eso se ha desarrollado sin prisa y sin pausa hasta hoy. Impregna toda su cultura y su influencia llega a Japón y el sudeste asiático. El taoísmo está en su raiz , y el budismo zen se nutre de él. Ayuda a hacer de la vida un arte.
Gracias Alicia y Dolors, a mi también me gusta compartir lo que he llegado a saber sobre el I Ching porque sé de la transformación personal que se produce con su uso, pronto pensaré en algo. Este post es sólo para presentarlo en sociedad. 🙂
Abrazos a los tres!
gracias es muy enrriquecedor sobre todo si uno no conoce estos terminos el aprendizaje es profundo
Precioso!
Me encantaría que compartieras más de lo que sabes en este foro.
Gracias
Dolors
He olvidado algo, en mi blog he subido varios artículos sobre el I Ching.
Pero acá es más satisfactorio, porque se produce un intercambio con todos ustedes que enriquece cualquier aporte que uno pueda hacer.
Estoy muy agradecida a Sermasyo, a José Ignacio Marina y a todos los que nos encontramos en este sitio para crecer juntos.
¡¡¡Gracias!!!
Tengo este sitio entre mis favoritos. He aprendido que el tiempo, tal como lo concebimos, no existe, es una convención humana para regular desde las cosechas hasta la caótica vida humana que hoy llevamos. Como egresada de una escuelas de bellas artes, he aprendido que el color no existe sino como fenómeno físico producto de la descomposición de la energía lumínica a través del prisma, etc., etc. Esta información sobre el I Ching me encantó y hace que me pregunte cuan poco es lo que sabemos y cuánto habremos olvidado, como la anécdota atribuída a la sombrerera/o de María Antonieta,
quien, cuando se elogiaba una nueva creación suya, respondía: «No hay nada nuevo…excepto lo que se ha olvidado». ¡¡Gracias por su generosidad!!
Hola Ana María,
bien por la sombrerera/o de María Antonieta!, demuestra que la erudición no es la puerta de entrada, sino el vuelo imaginativo y creativo.
A mi juicio el que mejor lo dice es Borges en toda su obra. Ese es su tema y también el nuestro. Él fue un lector, un estudiante perpetuo, pero su genio fue imaginativo y creativo. La erudición fue la arcilla de su obra, su materia prima.
Es que alguna literatura fantástica parece lo más cercano a lo real que se entrevé trabajando con las mancias.
Gracias por tu comentario tan atinado, por hacernos saber que estás ahí y participas de la reunión alrededor del fuego, eso también es generosidad. Y un gusto para todos nosotros.
Un abrazo