Hoy en día, cuando la Educación está más al alcance de todos que hace cientos de años, nos encontramos con la paradoja de que la mala educación es la tónica general en las relaciones humanas.
Todos somos testigos cada día de niños que maltratan psicológicamente a sus padres, adolescentes que maltratan a sus iguales, adultos que ignoran a sus padres, contertulios en televisión que no se respetan a la hora de dar su opinión,… ¿Qué está ocurriendo?
Sencillamente está ocurriendo una gran revolución interna, dentro de cada persona, que obliga a replantearse antiguas maneras de relación entre los seres humanos.
Ya no sirven los gritos para educar a un adolescente, ya no es efectivo dar a un infante todo lo que demanda, no nos conforta que nuestros ancianos padres intenten chantajearnos con antiguos sentimientos de culpa. Tampoco nos sometemos a la opinión de quien siempre quiere tener la razón. Pero el problema son las formas, el camino que se está escogiendo para saltar esas barreras que nos estaban frenando.
El ser humano necesita un cambio, lo quiera o no, sea consciente de él o no. El cambio de consciencia de todo el planeta está muy cerca, y las personas más sensibles, y por supuesto los niños y adolescentes, son los que están mostrando más cambios, pues ya nacieron en una nueva energía diferente a la de los adultos. No pensemos que este cambio es casual, estaba perfectamente previsto, y también lo está que todos nosotros trabajemos con las energías que nos rodean para encontrar la armonía y no desestabilizarnos.
De ahí que sea esta una época muy difícil para ser padre-madre, aunque también lo es para todos los educadores y educadoras que, además, no ven reconocido su trabajo en una sociedad en que sólo priman las ganancias materiales, no las afectivas ni personales.
Desde mi perspectiva de educadora puedo decirles que mi trabajo es apasionante, pero si además al volver a casa tienes dos adolescentes a quienes educar y a quienes escuchar, les aseguro que el día se le queda corto a uno.
Trabajemos todos para ser mejores personas cada día, con una paciencia infinita para con aquellos que no son conscientes de todos los problemas que están viviendo como un fin para acercarse a un nuevo momento de la Humanidad en que todos recogeremos los frutos de nuestros esfuerzos.
Autor: Elena Martín, profesora de educación Infantil y Primaria, Maestra de Reiki y trabajadora de energías sutiles.
URL: www.sermasyo.com
Hola, que buen articulo! Actualmente es cierto que se nota un desequilibrio en los padres por no poder «controlar» a sus hijos, porque los mismos se ponen a la par del adulto y por momentos se disuelve la asimetria entre padre e hijo. Tambien se puede ver las conductas de los adolescentes donde predomina la libertad y, en algunos casos, esta el deseo de experimentar todas las prohibiciones impuestas por las instituciones.
La perspectiva de este articulo es un llamado a la reflexion. En lugar de culparse o etiquetar la «mala» educacion, estaria bueno entender estas energias como un cambio y buscar una nueva estructura para sostener estos procesos.
saludos!
Hola es muy lindo este articulo, ya que dice cosas certeras de lo que vivimos rodeados de niños y adolescentes, lo vemos plasmados cotidianamente.creo que debemos reflexionar sobre nuestras actitudes diarias para que puedan tener un mejor desarrollo. abrazos.