Cada vez somos más conscientes de que el ser humano está hecho de felicidad, de inteligencia y de energía. Que en nuestro centro reside todo ello, y que lo vamos perdiendo —mejor dicho, vamos desconectándonos de ese lugar— por el camino, con la educación recibida, la cual enfatiza otras cosas.
Mirar a los niños siempre es un ejercicio sano para volver a descubrir nuestra propia capacidad, nuestra naturalidad, nuestra espontaneidad, nuestra felicidad, el potencial que hay en nosotros.
He aquí la prueba 😉 Niño de tan sólo 4 años, tocando la batería.
Mira la natural reacción al pequeño percance ocurrido en el 2:31mn.
Todo un mocoso en escena!
Cómo vibra el niño con la música, y cómo la música vibra a través de él…
Excelente…. !!! me gustó el tema del boletín y que decir de esa criatura…!!! es muy cierto que uno se va estructurando en tantas cosas a lo largo de la vida.. y cuanto cuesta dejar esos esquemas siendo mas grande.. !! Tendría que ser más fácil disfrutar de las buenas cosas.. Gracias por el buen comienzo del día que tuve con este video.. me encantó…
Todos podemos volver a esa felicidad y naturalidad. Es la llave que abre todas las puertas. La inocencia está libre de error, nunca se equivoca, no tiene dobles intenciones. Si recibe un daño su origen es externo, viene de afuera. Y por lo tanto pasará.
Es cierto que no sale barato, que hay que pagar el precio justo pues no te lo regalan. Pero pienso que vale la pena intentarlo.
Veo un camino para hacerlo en esta empresa en que estamos en sermasyo. La astrología Huber, Nissargadatha, Fraggle rock y tantas otras claves que nos acerca José ayudan.
En cuanto a la educación, se trata de mirar con atención al niño para descubrirlo y dejarlo ser. En una palabra, amar a los niños con inocencia, sin segundas intenciones.
El dilema del huevo y la gallina.
Es un encanto y todo él es puro ritmo.
Un saludo.
N.
lo mas lindo del video es justo en ese minuto de percanse y la reaccion espontanea del chico hace notar, lo que de adultos muchos perdemos…. esa capacidad de aceptar lo improvisto y transformarlo en disfrute!
Hola a todos. Pienso que cuando vemos ser a un niño, algo en nosotros vibra con él, algo goza con él. La prueba es ver a este pequeño gran batería, y lo que sentimos con él 🙂
Sandra, exacto, eso justo es lo que pensé «esa capacidad de aceptar lo improvisto y transformarlo en disfrute!» Los adultos estamos pendientes de hacer las cosas bien, y por tanto, pendientes del error, lo que nos lleva al sentimiento de culpa, etc, etc. El niño ES. Vivir para SER.