A pesar de lo que pueda parecer a simple vista, las runas no son un método de adivinación al uso del Tarot, ni una lectura fría del futuro.
Tampoco son un pasatiempo ni un juego más, sino un oráculo muy poderoso que posee la cualidad de dar sabios y profundos consejos. Aun cuando no sea eso lo que se pretenda.
Por supuesto que podemos obtener una respuesta a la pregunta que hacemos, pero además llevan implícito un consejo profundo que es preciso saber entender bien.
Hay personas que les tienen miedo o aversión. Tal vez por desconocimiento o porque las sienten áridas.
Pero en realidad, las runas son inofensivas.
Su respuesta sólo nos aconseja, nunca determina nuestra vida ni marca un camino inflexible del que no nos podamos apartar.
Este oráculo tiene el poder de ofrecernos la oportunidad de conocernos mejor, así como la posibilidad de recibir consejos y respuestas a todos nuestros problemas.
Es su misión guiarnos por un suave sendero, advirtiéndonos de cuál es la dirección más correcta por la que debemos transitar.
Consultar las runas es un sistema para obtener respuestas que está al alcance de todos.
Es importante advertir que no hay que tener unas cualidades especiales, ni percepciones extrasensoriales. Es tan sencillo como consultarlas cuando se nos han agotado todos los caminos para solucionar un conflicto.
En ese momento, y sin aplicar ningún tipo de regla establecida, podemos acudir a ellas y utilizarlas.
Aunque eso sí, con seriedad, tranquilidad, y dedicándoles todo el tiempo necesario.
No hay que recurrir a complicados rituales ni largas ceremonias de preparación. Lo que sí es aconsejable es estar en calma e intentar olvidar todo tipo de preocupaciones, procurando dejar la mente en blanco para que no nos molesten pensamientos mundanos.
En esos momentos debemos adentrarnos en nosotros mismos y ser receptivos con lo que nos quieren decir. Si hacemos el esfuerzo de concentrarnos y escuchar nuestro voz interior, la intuición fluirá y el mensaje nos llegará nítido.
Es obvio que, antes de iniciar esta práctica, necesitamos tener un conocimiento lo más exacto posible de ellas.
Y familiarizarnos con sus símbolos y significado, de manera que las interpretaciones sean precisas y acertadas.
Este conocimiento no es cuestión de un día ni de dos, ni es fácil de aprender. Pero sí es cierto que todos estamos capacitados para ello.
El aprendizaje se adquiere con la práctica, con la constancia, con el estudio y con la meditación. Y, sobre todo, con el sincero deseo que pongamos en escuchar nuestro propio interior y a nuestra intuición.
Si ya te has preocupado de conocerlas, inicia tu andadura sin miedo.
Si todavía no las conoces, te animo a que lo hagas junto a mí.
Próximamente iré describiendo cada una de las runas, su interpretación así como el mensaje que nos quieren dar para los distintos aspectos de nuestra vida.
Sumérgete en este fantástico mundo y no le tengas miedo.
Si te dejas guiar por las runas, ellas te ayudarán.
Mayte