¿Por qué vivir en esta eterna insatisfacción cuando lo tengo todo? ¿Por qué siempre quiero más? No sé lo que me pasa. No entiendo qué me impide disfrutar de mi vida o qué me hace ver la vida sin brillo, esperando siempre algo más o mejor que lo que tengo ahora.
Si fuéramos sinceros, reconoceríamos que en realidad esto es algo que nos pasa a todos en mayor o menor medida, aunque no lo confesemos abiertamente. Escondemos que no somos capaces de dejar de desear cosas, de pensar que mañana será mejor que hoy, cuando tenga más dinero, otra casa, otra relación, otro cuerpo.
Disimulamos la incapacidad de disfrutar de lo que tenemos, de vivir en el presente, de sentir felicidad plena.
No quiero que sepan que mi mente critica a los demás y a mi mismo, que no deja de compararse con otros todo el tiempo, que en ocasiones se siente superior y otras muy inferior a los demás, que no se gusta a si misma.
Todo esto lo oigo en mi interior, como una voz, pero ¿quién lo dice? ¿soy yo mismo el que habla? ¿Entonces soy dos dentro de mí?
Dos mentes
Llegar a entender esto no es fácil, pero es la única salida que tenemos, para abandonar nuestra antigua forma de pensamiento y acceder a la salud mental y emocional que es inherente a nuestra vida.
Sí, podría decirse que tenemos dos partes. Hay una constante separación dentro de nosotros, en la cual radica la esencia del ego.
Hay una dimensión de quien yo creo que soy y otra dimensión de quién soy en realidad. Esta última es la mente no condicionada, donde reside la esencia de cada ser humano, el espíritu, lo que no tiene forma. Es el lugar, donde en realidad soy conciencia sin pensamiento, donde podemos acceder a un yo de paz y calma.
La otra mente, la condicionada, la que creo que soy, en la que los pensamientos son, el eje principal, está relacionada con el tiempo y por tanto condicionada por el pasado y el futuro. Es la parte de nosotros que sufre por el pasado y se preocupa por el futuro. Son nuestros procesos mentales, “la voz en mi cabeza” que lo pasa mal, tiene problemas y se enferma de tanto pensar.
Es nuestra mente que siempre está comentando, interpretando y etiquetando mentalmente cualquier cosa. Es la que nos impide vivir en el presente y nos hace creer que mañana todo será mejor que hoy.
Cuando estamos en una fiesta y nos presentan a alguien, de forma automática mi mente empieza a juzgar lo que ve, como bueno o malo, como afín o distinto a mí.
Esto nos ocurre con todo lo que nos rodea, personas, cosas, lugares, situaciones… y esto le quita fuerza a la sensación de estar vivo y sentido a la vida, porque percibimos lo que nos rodea con menos inocencia, alegría, amor, creatividad y plenitud.
Autora: Gema Ruíz, Psicoterapeuta y Numeróloga.
URL: www.sermasyo.com
Hola Gema
Muy interesante lo que decís. Realmente estamos tan condicionados que olvidamos la esencia, y seguramente nuestro principal condicionante en la vida pasa por el juzgar, algo que todos aprendemos desde niños, por mandato familiar, social, etc.
Tal vez no tengamos que cambiar para cambiar nuestras vidas, sino simplemente «volver a ser nosotros mismos».
Y pensaba en que no siento que tengamos dos mentes, sino una mente y un corazón, y escuchar la voz del corazón, que en definitiva constituye el Alma, lo que somos, es lo que nos permite encontrarnos, re descubrirnos, saber quiénes Somos.
Estamos tan ocupados escuchando nuestra mente (nuestro Ego), que no escuchamos la voz de nuestro corazón, nuestro niño interior, nuestra inocencia, nuestra capacidad de crear, de sentir, intuir y ver sin juzgar.
Creo que debemos encontrarnos con quiénes somos en realidad.
Abrazos!!
Si, es totalmente cierto que esa otra mente sería el corazón, nuestro ser o esencia. ¿Por qué será tan dificil conectar con ella? ¿Por qué es tan potente la mente o ego que lo juzga todo? Creo que la clave está en que nos identificamos con lo que pensamos y creemos que somos eso y si no somos eso entonces creemos que no somos nada, que vamos a desaparecer, morir… Y casualmente es lo contrario, que viviendo desde el ego es cuando nos sentimos menos vivos, mas insatisfechos y tristes…Pero no lo abandonamos, no permitimos que nada cambie, nos aferramos a lo que conocemos y después de tanto tiempo desconectados de quienes somos ya no hay memoria y cuando vuelve en forma de intuiciones y señales quizá no las sepamos reconocer…Permitámonos ser quienes somos de verdad!!