La carta natal se puede entender, entre otras cosas, como un mapa de la psique de una persona.
Podemos detectar qué la motiva a través de las cruces, o cómo percibe la realidad según qué elementos estén destacados.
O qué respuestas emocionales puede desarrollar atendiendo a las características de su Luna.
Y muchos factores más.
Factores que, en manos de un terapeuta o psicólogo, pueden convertirse en potentes herramientas, tanto para elaborar un diagnóstico como para orientar los pasos a seguir en una terapia.
Porque en la carta natal vemos lo consciente y lo inconsciente, con qué partes de sí mismo se identifica la persona y qué partes rechaza y proyecta en su entorno.
En la carta natal vemos la luz y la sombra de nuestra psique.
La importancia de los aspectos
Los aspectos son las líneas rojas, verdes y azules que podemos ver en la carta natal.
Son líneas que unen los planetas, que conectan nuestras funciones psíquicas.
De modo que, si dos planetas están en aspecto, entonces tengo dos funciones que deben coordinarse de manera armónica para que yo me sienta pleno.
Si el aspecto es azul (trígonos y sextiles) las dos funciones (planetas) armonizarán sin problemas: son talentos potenciales de la persona.
Pero si son rojos (cuadraturas y oposiciones) se produce un conflicto; cada planeta tiene intereses diferentes, y esa ambivalencia es psicológicamente muy difícil de asimilar.
Entonces tomamos partido por una de ellas, y decimos “yo soy eso y no soy aquello otro”, creando una dinámica de luz y sombra.
Veamos un ejemplo.
Imaginemos que tengo a Marte en Aries en aspecto de cuadratura (ángulo de 90 grados) con Saturno en Capricornio.
Marte en Aries me hace muy impetuoso, no tolero las ataduras, quiero hacer lo que deseo en todo momento, y ya mismo, no puedo esperar.
Afirmo mi ego actuando según la ley de mi deseo, y soy desconsiderado con el otro.
Saturno en Capricornio me pide estructura y disciplina, hacer las cosas “como se debe”, cumplir con mis obligaciones, respetar la autoridad y la ley.
De lo contrario, me siento culpable.
Mi Marte está “feliz” cuando actúo por impulsos, sin considerar las consecuencias, cogiendo lo que necesito sin preguntar.
Mi Saturno, en cambio, está a gusto cuando disfruta de lo que se ha ganado con mucho esfuerzo y sacrificio, y la sociedad reconoce sus méritos.
Ante esto, vivo en tensión.
¿Con qué carta me quedo?
Los dos planetas me piden cosas que, a nivel psíquico (que no energético) son incompatibles.
Imaginemos que hay mucho fuego y poca tierra en mi carta natal, de modo que me pongo del lado de Marte.
Así que soy Marte, y “el mundo”, “la sociedad”, “la gente”, es Saturno.
Cojo mi coche y doy rienda suelta a mi espíritu marciano: piso el acelerador sin compasión, doy volantazos en cada curva, y cada semáforo en rojo es un desafío que me empuja… a acelerar más.
Por supuesto, no tardo en encontrarme con la autoridad (Saturno), que me pone una multa y me quita el carné.
Por despreciar la autoridad la he atraído hacia mí, provocando lo que más temía (pierdo la libertad que me daba mi coche).
Y, si respondo con más Marte (por ejemplo, agrediendo al agente que me está multando), entonces el castigo de Saturno es consecuentemente más grande… y acabo en la cárcel porque, en palabras de mi Marte, “el mundo está lleno de reprimidos que odian a los que, como yo, tenemos la valentía de ser nosotros mismos”.
Pero lo que “el mundo” realmente me está diciendo es que mi Marte y mi Saturno deberían llegar a un acuerdo.
Están unidos, no puede ir el uno sin el otro.
Y, si no los vivo dentro de mí, me vendrán desde fuera, desde donde yo mismo los he arrojado, produciendo un “efecto boomerang”.
El astrólogo-terapeuta puede ayudarme a resolver este conflicto.
No dejaré de ser Marte-Saturno, eso estará en mi carta natal siempre.
Por eso debo aprender que mis deseos (Marte) necesitan disciplina y estructura (Saturno) para realizarse; que puedo ser impulsivo, pero respetando las normas sociales. Etcétera.
Puedo vivir el aspecto Marte-Saturno desde otra vibración de conciencia, integrando los dos planetas en mí.
Ya no culpo al mundo de lo que me ocurre, porque he tomado en mi mano las riendas de mi vida.
Este es el poder enorme de trabajar conscientemente nuestros aspectos de tensión.
Y tú, ¿cómo vives tus cuadraturas, oposiciones y conjunciones?
¿Eres consciente de los conflictos que plantean en tu personalidad?
Grandiosa explicación! es tan claro desde la astrología, lo que se me hace muy muy difícil es explicar y que los otros vean desde esta visión (astrológica) el origen de sus problemas emocionales. Bueno, muchas gracias por exponerlo tan claramente.
Gracias, Alicia.
Sí, aunque la Astrología nos permite ver este tipo de patrones psicológicos con claridad, lamentablemente no nos educan para ver las cosas desde esta perspectiva. Por eso es tan difícil de explicarlo a otros. Y además, están nuestras resistencias. No nos gusta que nos toquen donde nos duele.
Gracias Gustavo. Y como debería abordar, desde la perspectiva terapéutica que propones, una cuadratura entre Plutón en casa 5 y Saturno en casa 2… a veces quiero inventar o emprender en una cantidad de proyectos pero luego me pongo triste por que no tengo el financiamiento. Gracias.
Hola Alicia, este espacio no es para consultas personales (ver abajo política de comentarios), entre otras cosas porque para responder con propiedad hay que conocer toda la Carta Natal.