Un mapa que, además, te guía en tu camino…
¿Quieres más?
¡Pues hay más!
Hay una parte de tu Carta Natal que a veces pasa desapercibida, que no se suele nombrar. ¡Y que nunca interpretan los astrólogos!
Y, sin embargo, es la más importante…
¿Qué es ese circulito en el medio?
Si miras con atención, en el centro exacto de la Carta Natal hay un círculo pequeño. No simboliza ningún planeta, ni tiene interpretación. No se puede comprender con la mente.
¿Para qué está, entonces?
Bueno, pues está para que recuerdes que tú eres eso.
Todas las energías presentes en tu Carta Natal te hablan de quién eres en esta vida. Pero esa no es la verdadera esencia.
Y eso, enseña la Astrología Transpersonal, es lo que eres, lo que somos, todo lo que es. (Recuerda ¿Dónde aparece lo Transpersonal en la Carta Natal?)
Tu Carta Natal te muestra cómo las energías que proceden de ese centro se reparten y se combinan para que vibres de una manera determinada. Es el camino que has de recorrer tú, y nadie más que tú, para llegar al Centro.
Pero ese Centro es la última parada de todos los caminos.
Entonces… ¿para qué queremos al ego?
Si tu meta final está en un sitio más allá del ego, ¿es importante o sólo un estorbo?
Cuando se habla de trascender la realidad cotidiana (hecha de apariencias) se nos dice que debemos extinguir el ego. Entonces, ¿para qué preocuparse de él?
Sencillamente, para poder vivir en este mundo…
Sin ego, no hay “yo soy”, “yo quiero”, “yo necesito”. No puedo hablar de “mi camino”, “mi realización”… Realmente, es que no puedo ni hablar!
Recuerda las lecciones de Saturno: hay que recorrer el camino completo e integrarlo todo, etapa a etapa. Y la Carta Natal, con sus casas, signos, planetas y aspectos, te muestra las pruebas y experiencias por las que tendrás que pasar para entrar en el circulito central.
Y, para ello, deberemos empezar por atender el cuerpo, la mente, los deseos, las emociones… en fin: todas las funciones terrenales.
¡El camino es de ida y vuelta!
Vibramos en otra frecuencia más alta.
Pero recuerda: la Astrología nunca te muestra caminos de dirección única.
Todo en el Universo respira. Todo describe un ciclo.
En tu cuerpo (abajo como arriba) puedes apreciarlo. La sangre circula, y lo hace gracias a que el corazón se expande y se contrae. Lo mismo hacen los músculos.
¿Qué quiere decir esto?
¡Tu camino de desarrollo personal es de ida y vuelta!
Por eso, cuando cambias tú, tu entorno se transforma. Has inspirado un aire puro que, al exhalarlo a tu alrededor, lo mejora.
No se trata de utilizar lo espiritual para huir de lo material. Sino de hacer que esa espiritualidad circule en el mundo de la materia, la impregne.
Así es como, mejorándote a ti mism@, mejoras el mundo!
Con lo que te he dicho, mira ahora otra vez el circulito del centro de la carta.
Y ahora, venga, vamos a ponerle una buena lupa…
¿Qué ves? ¿Cómo te ves?
Que bonito, Gustavo, muchas gracias por provocarme una sonrisa enorme, redonda y blanca con tu amable post en este lánguido viernes post Saturno…!!!
Un abrazo fuerte y feliz finde!!!
Gracias, Susana.
Un abrazo!
El centro vacío 😉 Ok.
Estaba pensando que hay otra cosa que una carta no te dice y es lo primero que grita el partero, si eres mujer o si eres hombre. Con el centro vacío eso no tiene importancia.
Acá nos complicamos porque este es el mundo de la diversidad; el todo, el Uno, se ha descompuesto en seis etapas, que en el mandala astrológico son los seis ejes del zodiaco.
El primer día de la diversificación Aries-Libra; el segundo Tauro-Escorpio; el tercero Géminis-Sagitario, el cuarto día Cáncer-Capricornio; el quinto Leo-Acuario y el sexto día Virgo-Piscis.
Vivimos en el séptimo día con el mandala de la diversificación completamente desplegado y eso nos confunde, nos complica.
Sin embargo, todas las tradiciones nos vienen diciendo esto desde que el hombre es hombre y nosotros miramos el dedo en lugar de mirar la luna. El dedo no es la luna, el dedo es el camino. Igual que esos dedos-falos con que se representaba a Mercurio en los cruces de caminos y apuntaban hacia arriba. Mira el Cielo decían, igual es en la Tierra. Mira el Cielo para encontrar tu camino en la Tierra! jajajaj
Hay algo con Mercurio que no es visible también, no es usado en la interpretación de una carta como el dedo que señala el camino. Tanta veneración a Júpiter que nos olvidamos que Mercurio es nuestro -es personal- el camino de cada uno, que él es el que porta el mensaje en nuestra carta.
Astrología es bella y buena, un sistema que hemos construido a imagen y semejanza de la diversificación del Uno. Igual hace el I Ching, seis veces, la sexta potencia de dos, 64.
Estos estudios son liberadores
Me gusta mucho esta entrada, gracias Gustavo
En realidad todos los signos y símbolos apuntan a que lo que se diversifica es el cero, la nada, el centro vacío. Y que uno-dos son simultáneos, la primera polaridad, Aries-Libra.
Y que referirnos al Uno es cultural, es parte de la confusión.
Así es, Marta. En la carta natal está reflejada la diversidad del mundo, y también eso que podemos llamar Uno, porque de alguna forma hay que llamarlo 😉
La carta natal es un diagrama de nuestro sistema solar. Es sólo un momento del cielo, pero la carta puede ser de un hombre o una mujer, de un animal o de un país…
Totalmente de acuerdo con lo que dices sobre Mercurio, un planeta mucho más profundo en su significado de lo que creemos, y un gran compañero para Júpiter en el camino del conocimiento.
Un abrazo!
Buenas Noches,Gustavo:
Qué bello mensaje es expresar que el camino es de ida y vuelta!!!.
Me encanta cada palabra y el contenido que encierra.
Al mirar al circulito siento LUZ DIVINA, como si un Ángel se acercara para decirme..ven, acércate, muéstrate tal y como eres y yo te haré ver la VERDAD para que seas cada vez más tu mism@ en la realidad material en la que debes vivir, vibrando en la frecuencia más elevada que puedas..expándela…y manda luz al Mundo…a tu Mundo..
Besitos..te sigo leyendo..muchas gracias por estos escritos..me llenan mucho…
Eva
Gracias, Eva, por seguir el blog y sacarle tanto provecho!
Es increíble lo mucho que nos puede decir la Astrología con el poder de sus símbolos. Sólo necesitamos escuchar…