Cuando empezamos a estudiar Astrología, nos encontramos con una dificultad básica: la de tener que traducir símbolos a palabras y conceptos de nuestro lenguaje cotidiano.
Esto crea algunas dificultades, porque no es tan “sencillo” como traducir de un idioma a otro.
Los lenguajes verbales…
El español, el alemán, el chino y todos los idiomas hablados por el hombre se encuentran en un mismo plano: han sido creados para comunicar realidades relacionadas, en primer lugar, con nuestras experiencias físicas y mentales. Objetivas.
Son herramientas para satisfacer necesidades biológicas, y así asegurar la supervivencia.
…y sus limitaciones
Pero cuando necesitamos comunicar experiencias y realidades que se salen de este marco, el idioma se nos queda corto, y empieza a fallar.
Muchas veces, “nos quedamos sin palabras” a la hora de manifestar emociones y sentimientos.
También ocurre esto cuando algo nos sorprende, porque nos “descoloca” lo nuevo, lo que no podemos encasillar en un marco de referencia pre-establecido.
Y ni hablar del mundo de las intuiciones…
Porque el idioma es un instrumento mental.
Surge de nuestro lado analítico (el hemisferio cerebral izquierdo).
Se basa en la capacidad racional de vincular y relacionar.
Y los materiales con los que construye sus simulacros de realidad, también lo son: las palabras y los conceptos.
¿Qué dicen las palabras?
La palabra es un signo físico (signo=marca) que está en lugar de otra cosa, que es el concepto.
El concepto es un signo mental, que está, o pretende estar (lo mejor posible), en lugar de otra cosa, ya sea ésta concreta o abstracta.
Esta “cosa” es lo que percibimos como una “realidad” exterior a nosotros.
Y aquí está la clave del asunto, porque tendemos a creer que pensamos y hablamos directamente de la “realidad” que nos rodea, cuando ésta no es más que una construcción puramente mental.
Es una lástima que, aún hoy, una mayoría de científicos, y prácticamente la totalidad de personas que se consideran “escépticas”, no comprendan del todo lo que esto implica.
Tendemos a entronizar los productos de nuestra mente, quizá porque así nos enseñan a hacer las cosas desde la escuela, y acabamos dándole más importancia al productoque a la materia prima, que son las percepciones e intuiciones que lo originaron.
[Dicho sea de paso: esto es algo que ya sabían los filósofos desde la Antigüedad más remota, y lo podemos ver claramente en las obras de Platón (siglo IV antes de nuestra era).
Y es un tema que empezó a analizarse de forma totalmente explícita desde Emmanuel Kant (siglo XVIII).
¡Pero todavía nos cuesta entenderlo!]
Nos agarramos a las palabras, y nos quedamos colgados!
Por eso, cuando nos quedamos colgados de las palabras, de la mente (¡Mercurio!), y no hacemos el trabajo de trascenderlas para descubrir su significado esencial (¡Júpiter!) acabamos llegando a la conclusión de que “todo es relativo”.
En el mundo de la razón, ¡realmente es así! Pero hay otros mundos…
Piensa, por ejemplo, en lo difícil que es contar un sueño.
Queremos poner coherencia y lógica en algo que claramente no es lógico ni coherente en términos racionales.
“…y yo estaba en mi casa, (pero no era mi casa, tenía un cuarto que yo no había visto nunca), …los muebles eran diferentes, y entonces mi madre (que era rubia y parecía una niña, pero mi madre es morena y tiene 70 años) me decía y me repetía “Andrea, ven aquí!”, y no entendía nada, porque yo me llamo Carolina…” Etc, etc.
¡Qué lío!
Los lenguajes sagrados…
La Astrología también es un lenguaje.
Pero de otro tipo.
En concreto, es un lenguaje de los llamados “sagrados”.
A muchos, este término les puede resultar pretencioso.
A lo que apunta, simplemente, es a la cualidad que tiene éste de referirse a realidades que trascienden la mera experiencia de los sentidos físicos.
Por lo tanto, la mente no puede simular estas otras realidades.
Y, lo que no puede simular, la mente se niega a asimilarlo.
Simplemente, lo rechaza.
…y la apertura a otros mundos
Lo sagrado nos traslada a otra dimensión, a otros estados de conciencia.
Esos estados llamados no-ordinarios a los que alude la palabra “espiritual”.
También le damos este significado al término cuando hablamos de otras disciplinas, como “geometría sagrada” o “matemática sagrada”.
Estos lenguajes operan a través de símbolos arquetípicos: signos que están en lugar de una esencia inmutable.
O, al menos, antiquísima, tan antigua como el propio tiempo.
Palabras y símbolos ¿en qué se diferencian?
Las palabras de-finen y necesitan ser de-finidas.
Definir, en sentido etimológico, significa, literalmente, poner límites.
Porque a la mente le gusta tener todo colocado en su lugar y listo para usar (la faceta de Mercurio como regente de Virgo), y así resolver problemas.
El significado de las palabras es cerrado.
Si las palabras son signos que refieren a realidades mentales y físicas, los símbolos arquetípicos, en cambio, son signos que apuntan a realidades trascendentes, que están, por necesidad, más allá de las palabras.
El símbolo tiene un carácter abierto: posee la cualidad de expandir los límites, incluso deshacerlos.
Crea significados, en círculos concéntricos cada vez más amplios y profundos, que nunca se agotan.
No tiene límite: lo único que lo limita es la finitud de nuestra conciencia…
Los diccionarios agotan el significado de las palabras, mientras que todo símbolo es, potencialmente, una enciclopedia.
Comprender es ser capaces de establecer el puente entre palabra y arquetipo
Como te indicaba al principio de este post, solemos hacernos muchos líos cuando empezamos a estudiar la Astrología y queremos entender los significados de los signos o los planetas.
Y los manuales y libros al uso no suelen hacer grandes esfuerzos para explicar esto.
Debemos recordar que tanto signos como planetas son realidades simbólicas arquetípicas.
Desde que nacemos, potenciamos nuestra capacidad racional y verbal.
Es lo normal, entonces, que tengamos que acercarnos a la Astrología a través de las palabras y los conceptos.
Los humanos somos seres racionales, sí. Y muchas cosas más. Entre otras, somos también animales simbólicos.
Veamos algunos ejemplos
Es frecuente usar la palabra “intuición” cuando hablamos del signo de Piscis. Pero también, cuando hablamos del signo de Sagitario.
¿Es la misma “intuición”?
No, no lo es.
Una es una intuición de agua, y se refiere a ser capaz de sentir lo que otro siente, sin que medien palabras.
También, la capacidad de sentir lo espiritual y de fundirse con ello.
La intuición sagitariana es de fuego.
Tiene que ver con esos mensajes que parece que nos vienen desde no se sabe dónde, pero de repente tenemos la certeza de que algo es así como lo percibimos.
Entendemos la idea global, el todo de una cuestión, sin necesidad de analizar las partes.
Esta última se relaciona con lo que coloquialmente llamamos “inspiración”, y es a la que me he estado refiriendo a lo largo de este artículo.
Se parecen, pero no son exactamente lo mismo.
El problema del amor
Otro ejemplo clásico es el de la palabra “amor”, término espinoso donde los haya.
Los griegos tenían varias palabras para expresar sus diferentes matices. Nosotros, sólo una: un saco donde cabe de todo.
Venus es amor.
Neptuno es amor.
La Luna es amor…
¿Dónde encuentro el amor en mi Carta Natal?
Pues… depende de qué tipo de amor busques!
Venus representa la faceta más “interesada” del amor.
Digamos la parte más… comercial. Si me das lo que yo quiero, te doy lo que tú quieres.
La Luna tiene más que ver con el cariño y el afecto. Por ejemplo, el amor que una madre siente por su hijo.
Y Neptuno, como planeta transpersonal, nos conecta con el amor universal. Es al que nos referimos cuando decimos, por ejemplo, que “Dios es amor”.
Las tres formas de “amor” no se parecen en mucho.
Aunque tengan cierta conexión en su esencia, varían muchísimo en sus manifestaciones concretas.
Pero las nombramos con la misma palabra.
Y lo mismo nos ocurrirá con palabras como “afecto”, “sexualidad”, “orden”, “relación”, “social”, “espiritual”, “conocimiento”, “acción” y un ¡puf! larguísimo etcétera.
Moraleja
Con el estudio de la Astrología, aprendemos a ser más cuidadosos con las palabras que empleamos. Y más conscientes.
Como la Real Academia, fijamos, limpiamos y damos esplendor para no ahogarnos en un mar de palabras que, a fuerza de ser usadas, pueden perder todo su sentido.
Es importante que no perdamos la dirección.
Y usar las palabras con plena conciencia de que son sólo una etapa necesaria en el camino del aprendizaje.
Pero no son el aprendizaje.
Si no tenemos esto bien claro, nos ocurre lo que afirma el proverbio árabe: “cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo”.
Sigamos mirando a la Luna, entonces, pero sabiendo que es mucho más que una palabra de cuatro letras…
Y tú, ¿te haces un lío con las palabras cuando lees un libro de Astrología?
¿Te confundes con los significados?
¿Te cuesta comprender los símbolos, o te parecen más claros que las palabras y las ideas?
Hola, me ha encantado la descripción que haces, me gustó mucho leerlo. Gracias
hola ! ,,publicar un comentario,, … jejeje ! Aqui , por lo que he leido toda palabra sobra . Estoy estudiando I Ching que me dice lo mismo que la astrologia , y supongo que todas ciencias de la espiritualidad dicen lo mismo de otra forma . Pero me atrae la astrologia , y mucho ! Gracias por aprender en tu pagina web , buen diaaa !
Hola Artemiza.
En efecto, I Ching, Astrología, Tarot, Cábala… todos son distintos lenguajes que hablan de lo mismo.
Pero las palabras son necesarias como puente. Sólo que no nos podemos quedar enganchados a ellas. Fíjate en la paradoja que hay en la frase que dices: «por lo que he leido toda palabra sobra».
Leemos, pensamos, y hablamos de un tema, y luego llegamos a una síntesis que no está hecha de palabras. Así funciona el proceso de aprendizaje.
Gracias por tu comentario, y por tus palabras!
hola Gustavo ! me alegra que me has contestado . Hace algunos años andaba yo muy enfadada con la vida que hoy me doy cuenta que estaba enfadada conmigo misma . Puse un dicho en el google : conocete a ti mismo ! y me sale un monton de paginas entre las cuales ,,sermasyo,, … wow ! , digo , por aqui habra un camino . Estudie a fondo , porque no sabia casi nada – quitando lo que mi abuela me ha iniciado muy poquito , que soy cangrejo , que tengo una inteligencia emotiva , y cosas buenas pero muy poco … me ha dejado con el misterio !
Una vez entrada en el rio de la vida , se me olvido aunque siempre pendiente de algun horoscopo . Por encima se cosas de astrologia , y me viene bien porque en el i ching se necesita alguna vez sobre todo desde cuando me compre un libro muy interesante , Diseño Humano , muy bien hecho y en donde se reune lo mas importante de esas ciencias que tan marginal consideradas son .
Bueno , a presumir de que me encanta estudiar estas cosas , he pasado a saludarte tambien y gracias por estar , gracias porque con tu pagina he conocido un ser humano maravilloso que es Marta Ortiz y su blog Abate Soderini .
Yo soy de los abrazos , un gran abrazo , Gustavo !
Hola otra vez, Artemiza.
Gracias por seguirnos.
Sólo te hago una precisión sobre esta página web, que no es «mía»: se la debemos al conocimiento y al duro trabajo de José Ignacio Marina, que es quien la ha creado y ha puesto cuerpo y alma en ella.
Yo «sólo» tengo el privilegio de colaborar en ella, como miembro del equipo de Sermasyo.
A mí también me han hablado de Diseño Humano, que combina Astrología, I Ching y Cábala. ¡Tres conocimientos bien profundos!
Un abrazo.
Gracias por compartir me pareció muy interesante el significado de cada símbolo la verda que muchos se confunde con las palabras bendiciones
Muy interesante.
Gracias
Gracias MariAngel, Cely y Zenobia por comentar.
Me alegro de que os haya resultado interesante. Es un tema que a mí me fascina!
Saludos.
Hola amigos, que envidia me dais, que bien entendéis todo, yo por mas que lo intento, los astros no me dejan ir mas allá, en cambio con el Taro, es totalmente distinto, lo entiendo, lo vivo y me hace ser otra persona, cuando lo trabajo cambio totalmente, a veces mis amigas dicen que me cambia hasta la personalidad y tengo mucha vida en mi cara, eso también me ocurre con Reiki, con los cuarzos y con el masaje metamórfico inclusos con la geometría sagrada, pero por mas que lo intento con los astros no hay forma y mira que tengo ganas y me lo propongo, pero está claro que no debe ser lo que me corresponde ¿me podéis dar unas palabras de ánimo? ¿lo conseguiré algún día?
Hola, Teresa:
Si tienes ganas de aprender, seguro que consigues aprender Astrología, aunque pueda costar un poco al principio.
Si te resulta fácil conectar con los arcanos del Tarot, puedes conectar también con las energías de planetas y signos. Conectar directamente con la energía en lugar de leer descripciones en los libros. Es el método de Sermasyo y funciona muy bien!
Ánimo y saludos!