Desde tiempo inmemorial el espejo constituye una pieza esencial en el ¨mundo de los misterios¨.
Los sacerdotes judíos se miraban en uno que formaba parte de una fuente de metal a la entrada del Tabernáculo de la Reunión. Al lavarse las manos podían ver sus imperfecciones.
También cuenta la leyenda que los europeos llevaron algunos a América, y que la fascinación que esto causaba en los aborígenes los motivaba a entregarles el oro a cambio.
Tampoco pasaré por alto la experiencia de Narciso frente al espejo de agua en el que admiraba su belleza y que tan alto costo tuvo para él.
Uno similar a los que estoy recordando le hablaba a Blancanieves, y otro más contemporáneo, reflejaba los deseos más recónditos de Harry Potter y los demás protagonistas de estos relatos.
El ¨Espejo de la Sabiduría¨ muestra todas las cosas del cielo y de la tierra, y si tienes dudas, pregúntale al ¨pescador¨ que entregó su alma.
En fin, ya veis que este tema es inacabable.
Hoy te hablaré del Tarot y su especularidad. Bien dicen los sabios que ¨la mirada es el espejo del alma¨.
Aquél que se atreve a sumergirse en sus aguas profundas, nunca más vuelve a ser el mismo. Cuanto más, si la aventura es igual que la de Alicia y te lleva a trasponer el espejo del otro y nadar sus aguas a veces tumultuosas y otras calmas, pero siempre hondísimas.
Este es el desafío que acepta el que aborda el Tarot desde la dimensión álmica.
Por eso a mi entender, un encuentro con los naipes, es asomarse al abismo inconmensurable que esta vivencia nos propone.
Cada sesión de lectura es una instancia sagrada. Se exponen las almas al tacto sutil de una experiencia que abarca todo: el pasado, presente y futuro en un despliegue simultáneo y multidimensional.
Esta confluencia afecta al lector y al consultante sumiéndolos a ambos por igual en el misterio.
¿Qué leo, cuánto te leo? ¿Qué de mi propia vida se expresa en tu historia y regresa a mí para que lo pueda interpretar con otros ojos?
Por eso, cada vez que te leo, hinco mi rodilla en el suelo con enorme emoción porque este círculo que diseñamos en comunión, nos compete a ambos, y exige de nuestra parte, la más absoluta y plena reverencia.
Si en el encuentro eres capaz de mirarte en el espejo que el otro te concede con infinita humildad y total compasión…
Anímate, lee, juega con los Arcanos, porque ellos iluminarán con su asistencia esta danza que hoy te convoca.
Autora: María Cristina Beati, Terapeuta, Tarotista y Sanadora Espiritual.