Nada se compara a un lugar lleno de paz, tibieza, aire fresco y aguas tibias.
Encontrar un lugar paradisiaco donde descansar del ajetreo del año de trabajo era mi meta para estas vacaciones. Por eso me inscribí en un seminario, para expandir la conciencia en un lugar con playa y campo en Uruguay.
Para llegar a este lugar debieron pasar 51 años de mi vida; viaje a un lugar desconocido, sólo con la sospecha de llegar a un buen hospedaje. Me embarqué en esta aventura con la certeza que era algo positivo y bueno.
Comencé la aventura con la inocencia y la confianza de un niño, sólo guiada por la intuición que me alentaba momento a momento.
Me llené de valentía, fuerza, coraje y confianza; con la seguridad de hacer lo correcto.
Asi fue como llegué al mejor lugar del mundo: mi mundo interior, yo misma, mi propio corazón con sus emociones. Ahí descubrí que existe un lugar de paz dentro de mí y al cual puedo acceder cuando quiera, cuando desee descansar, cuando necesite paz.
El mejor lugar del mundo está muy cerca y al alcance de todos; ya que éste se encuentra dentro de cada ser humano. Solamente hay que aprender a llegar a él.
Autor: Erna Castañeda.
juanarmas dice
Hermosa vivencia,
Así de sencillo para el corazón y así de difícil para nuestra mente.
Ojalá todos lleguemos a experimentar algún día conscientemente ese viaje a nuestro «centro» .
Gracias Erna Castañeda por compartir tu experiencia.
Erna dice
Asi es la mente vuelve difïcil lo sencillo.
Por eso la mente puede ser la mejor bendición o el peor de los infiernos.
Gracias Juan por tu comentario
sandra dice
Muy lindo el articulo. Tal vez, al poder estar en paz con nuestro interior, todos los lugares fisicos donde estemos, cualquiera sea, va a ser el mejor lugar del mundo.! porque teñiriamos con nuestra armonia cualquier contexto.
… particularmete me es dificil encontrar ese estado!!
saludosss